Besar la almohada triste y desolado
donde durmió tu risa;
iré echando cortina
y apagando locura
que tus labios dejaron encendida;
hacer prisiones nuevas
para el alma, fugazmente evadida.
Cuando te vas,
se me hace eterno el cielo,
sin tus alas, sin tu sonrisa;
los pájaros, refuerzan el silencio del día
de los relojes, mudos por tu partida
en una hora cualquiera en que aun estabas.
Se queda el sol vacío
y los ojos me llueven hacia dentro
formando un lago de excesiva calma.
Cuando te vas,
no hay prisa…
poseo todo el tiempo para nada
para todo…
y apuro el nudo tenso
que fue canción feliz en mi garganta.
Cuando te vas,
soy niño infeliz…
cuando te vas,
me quedo muerto en vida
y se van tras de ti,
todas las hadas,
tras tu partida.
Hola bichito,deja de jugar al escondite los ángeles también se dejan ver, un abrazo muy fuerte y no olvides seguir escribiendo.
ResponderEliminarMarya